domingo, 24 de agosto de 2014

Unicornio enfermo.

Pasé mucho tiempo sin escribir por aquí, creo que ya ni siquiera recuerdan que existo (o existimos, mejor dicho). Viene siendo absurdo que escriba aquí de ser así, pero como el hecho de que yo escriba para un mundo que ya me olvidó es absurdo, por lo tanto es importante que lo haga, es mi deber.

Después de unos cuantos meses de tirar la hueva a diestra y siniestra como nuestro Señor lo manda y de pasar por distintas espirales de alcohol y amores no consumados (por no decir "represión de mis deseos carnales") llego de nuevo a este espacio, que entre cinco "tamemes" y otros agregados construimos para ustedes, para callar a los demonios y voces que rondan mi cabeza, para comentarles que me está ocurriendo lo peor que le puede ocurrir a un puto ser humano en su jodida vida, la peor de las desgracias, el temor de todo ser pensante: nada.

Exacto, nada pasa por mi vida, y no hay nada que no pueda hacer para que no pase nada más. No se que escribirles, estoy donde estaba hace años: viendo a Rafa frente al espejo durante horas diciéndole: "¿De verdad tu estas aquí? ¿Eres real? ¿Vives? ¿Sientes?... No te conozco más."

He dejado de esperar que la gente sienta compasión o mínimamente un poco de empatía hacia mi persona, pero el mundo no es una fabrica de conceder deseos, y vaya que no lo es. El mundo y la gente no se detendrá por mi un instante: los abuelos  se van y los padres no tardan en irse también, los amigos siguen sus vidas y se alejan mientras mi boca aprisiona un sonoro y egoísta "no te vayas, ahogate aquí, haz nada conmigo", y ese alguien especial, que todos me dicen que llegará, está cogiendo en este momento con alguien más (espero y se contagie de algo, en verdad no se lo deseo, lo quiero).

Todos siguen el cause natural de la vida y yo sigo aquí, ahogándome entre las voces que crea mi cabeza; perdiéndome entre los ecos que hacen entre mis orejas y que hacen que mi cuerpo se detenga y caiga rendido por unos instantes haciendo que la felicidad sea el maquillaje más caro que haya tenido que usar. A veces las voces se callan pero es solo cuando el señor Daniel's se desliza por mi garganta, el si me comprende y me hace pensar en cosas como: "Si yo fuera reconocido sexualmente de manera sincera, no tendría la necesidad de mostrar un poco mas de piel para sentir un poco de libertad" o "¿Acaso ya crecí y me di cuenta que en realidad en el mundo estamos solos y nos creamos ilusiones como la amistad y el amor para hacer más amena nuestra solitaria estancia en este plano existencial?

Espero y salir de mi burbuja de pendejez pronto y poder escribirles una nota como las que acostumbran a recibir de mi parte.

"Si me pierdo, no me encuentren. Si salto, déjenme hundirme".

No hay comentarios: