martes, 11 de marzo de 2014

Narración de un niño desolado

Era sólo un niño que se había quedado solo en su casa porque mi mama se había ido a jugar cartas con unas vecinas.
Era de noche, jugaba en mi cuarto cuando de repente escuche ruidos que provenían del patio, lo primero que se me ocurrió es que alguien quería entrar a la casa a robar. Tome un cuchillo de la cocina y me coloque detrás de la puerta del patio estaba indeciso en abrir la puerta del patio pero al no oír ni un ruido más, la abrí de golpe con el cuchillo a la altura de mi oreja derecha, aquel oscuro patio parecía estar en orden.  Tal vez un gato andaba por ahí.

Cuando fui a dejar el cuchillo en la cocina vi por la ventana que da a la cochera que alguien estaba llegando, se bajaron de aquel carro desconocido para mi, mi tía, sus dos hijas y el novio de su hija mayor, dueño del carro. Traían a mi Tata al cual recibí con un abrazo.

Mi Tata un ex chofer de autobuses que necesitaba de un aparato para oír, de mis cuatro abuelos era con el que mejor me llevaba.
 Entre todos sus hijos se turnaban para cuidarlo, porque de tantas recaídas que tuvo con la diabetes y su insuficiencia renal.  Ya no podía valerse de si mismo para poder llevar una vida tranquila. Pero aun así, estaba mejor que hace algunos años.

Al parecer mi mama decía que ella ya había cuidado a mi Tata muchas veces y que los hijos que no lo habían cuidado antes como mi tía debían de quedarse con el más tiempo, mi tía aprovechando que mi mama no estaba dejo a mi Tata y se fue para ahorrarse una discusión con mi mama. 
Pero a mi todo eso no me importaba yo estaba feliz de tener la compañía de mi tata en la casa y olvide el susto que me dio aquel ruido en el patio.

Cuando fui a avisarle a mi mama que mi tata estaba aquí parecía que no compartía del todo mi alegría y estaba enojada con mi tía. Dejo el juego y fuimos a la casa.  Le hablo a la señora que hace menudo apartándole cincuenta pesos para mañana en el desayuno y preparo charales para cenar, unos pequeños y alargados peces de Michoacán los cuales comimos como si fueran papas a la francesa y acompañados con ensalada.

Como siempre solo éramos mi mama y yo en la casa, la compañía de mi Tata  era muy grata para mi. Nos fuimos a dormir yo dormí con mi mama en su cuarto y mi Tata en el mío que era azul hasta las sabanas.

Desperté hasta que mi cuerpo me dijo que despertara. Salí del cuarto y cuando llegue a la sala me alegre y me sorprendí de ver a casi toda mi familia en ella. Cuando era niño lo que mas disfrutaba era de la compañía de mi familia y de jugar con mis primos. Pero ese día había algo raro en el ambiente. Mi mama se me acerco y con el llanto apunto de reventar dijo – Diego, tu Tata se murió – me zafe de sus brazos y fui corriendo a mi cuarto empuje la puerta y me detuvo la imagen de un cuerpo cubierto hasta las rodillas con una sabana, sus piernas eran moradas y colgaban del borde de la cama. Me fui para atrás y mi mama me cacho, fue cuando comencé a llorar. 
A esa edad solo sabia lo que se sentía perder una mascota, pero el dolor y la tristeza que sentí al perder a mi Tata es algo que no se puede comparar, es un dolor único y pesado. Pesado como es tratar de cargar un garrafón de agua para un pequeño niño, pesado como es tratar de entender la vida a esa temprana edad, recuerdo que me preguntaba ¿Por qué la gente tiene que morir? “Así es la vida” me decían. Recuerdo que desde entonces no quiero olvidar a mi Tata, ni quiero que me olviden a mi…

En su velorio oí que había muerto mientras dormía, que no había sufrido, que era de las mejores maneras de morir.

Diego Aragón

3 comentarios:

Luis López dijo...

Gracias por compartir esta narración, muy grata :)

Unknown dijo...

Muchas gracias diego por compartir esto

Como extraño verlo llegar con tanta alegría
y escucharlo decir OJON Cuantas novias tienes!
me intuía mucha alegría y risa
mi tata siempre tan alegre

Que dios lo tenga en su gloria
y lo tenga manejando en la carretera del cielo y nuestros corazones....

Unknown dijo...

Woooow Diego.... me hiciste recordar un chingo de cosas de mi Tata .... no había tenido la oportunidad de leer tu blog -Narración de un niño desolado- GRACIAS X ESO .... cada uno los nietos creo que tenemos una peculiar historia que contar de él -algún día te contare la mia- que aun después de tantos años me sigue causando risa la situación.

Excelente blog... sigue asi caon.