miércoles, 27 de agosto de 2014

Lo que realmente quiero.


Durante la mayor parte de mi vida he sido un ser un muy tranquilo, excepto por algunos pequeños momentos en los que siento que mi alma me pide a gritos que quiere vivir, quiere que la deje salir, quiere enloquecer, quiere perderse con el universo, ser uno con él, sentir el viento, calor, frío, compañía, soledad, valentía, miedo, paz, dolor, odio, amor. Amarme a mí mismo, a mis semejantes, amar el universo, amar la vida. Uno es todo, todo es uno…

Quiere experimentar todas y cada una de esas situaciones por las cuales sabes que estás vivo y que todo esto es completamente real.  Pero todo este tiempo, mi miedo más grande al cual también considero mi demonio, ha estado ahogando, mutilando y masacrando todos esos deseos; el miedo al fracaso.
Con el tiempo y las experiencias aventuras, he aprendido que fracasar en el intento también es parte de vivir, es así como encontramos todas las formas posibles de no hacer las cosas. Fue así también como me hice amigo de mi demonio, lo considero ese amigo que me va a mostrar la vida de la forma más cruda posible, que siempre me hará pasar malos ratos, pero a pesar de eso, vamos a estar juntos toda la vida. Me mostrará todas las formas en las que no debo actuar para conseguir lo que quiero.

Quiero que mi mente explote a tal magnitud que haga vibrar todo el universo, quiero dejar una grieta en él. Ya no me importa si piensan que estoy loco, porque es verdad, lo estoy, todos lo estamos de alguna u otra manera, quien no ha considerado que lo está, aún sigue muerto. Que los demás piensen lo que quieran, todos somos libres de pensar lo que se nos venga en gana. No seguiré sucumbiendo ante mi demonio, voy a conseguir todo lo que quiero. Todo lo demás se puede ir al carajo, ya no me importa. Voy a definir quién soy, esta vez no lo haré por nadie más, lo haré por mí, porque tal vez un día puedo perder todo, y lo único que me quede será mi propia esencia. Haré de mi vida una obra de arte, única y sin comparación alguna, una obra de arte para el universo, para mí.

Nunca más volveré a olvidar quien soy. Estaré orgulloso de lo que soy y no de lo que debería ser.




Por: El gato de Schrödinger.

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