He llegado a un punto de mi vida en el que quiero un cambio,
el decir ‘quiero’ y no ‘necesito’ porque no sé si a mi corta edad sea certero
decir ‘necesito un cambio en mi vida’, en fin, un cambio de aires. Lo que sigue
para mí próximamente es irme a estudiar a otra ciudad, y dicho cambio no me
tiene asustado, pero estoy empezando a sentir eso que es bien sabido, que a
nadie en un principio, le pone muy contento salir de su zona de confort.
Hoy
tuve un día relajante en el cual me puse en mood reflexivo y decidí continuar lo
que desde hace tiempo había querido escribir en algún lugar, pues, como la
fecha en la que me toca entrar a mi nueva carrera se acerca cada vez más, son más
frecuentes los comentarios de parte de mis amigos que dicen ‘No te vayas’, ‘Te
vamos a extrañar’ o ‘Porque te vas?’, Al escucharlos, de primera instancia me
causan gracia, por lo sincero y conmovedor que llegan a sonar, y acompañado de
una risa con pena disfrazada de mucha seguridad siempre les digo ‘Aun falta
mucho para eso’, lo cierto es que cada vez falta menos.
Estoy seguro a cerca del cambio que quiero, pero hablándoles de un año para acá, o en solo
meses, tanto la música, como la misma gente que ya concurría desde antes, me
han llevado a conocer amistades nuevas, que en tan poco tiempo, han llegado a
ser amistades más sinceras que muchas amistades que me han tomado años
llevarlas adelante. No necesito que alguien me lo diga, se que en esta etapa
estoy conociendo a la gente que, como
quien dice, ‘estos son los buenos’, ‘los meros meros’.
Y esto, quizá esto, es de lo que más me cuesta despegarme,
es como mudarse. La única vez que me mudé, fue de Culiacán a Mazatlán, tenía
dos o tres años, y por obvias razones no recuerdo mucho, de igual forma un niño
a los dos años no tiene mucho que extrañar aun. El dejar a mucha gente aquí, dejar de verlos
cada fin en la Querencia, o en cualquier sitio de nuestra tipiquísima
preferencia, donde ya conocemos a la gente que pasa por ahí, la misma gente que
también ya nos conoce a nosotros, dejar de vivir en la casa en la que has
vivido por años, y que cada que vuelvas a ella reconozcas el olor que pasaba
por desapercibido en cualquier día normal en los que si vivías ahí, dejar de
vivir en la colonia que conoces como la palma de tu mano, cada atajo, y casi
casi, cada bache que hay en cada calle de por ahí. Esto. A lo que más trabajo
me cuesta desaferrarme, es a esto.
Quizá no vaya a estar muy lejos de ellos, ni de lo demás que
mencione, y quizá no sea para tanto, esta es la primera vez que me toca vivir
algo así, Mazatlan es un lugar en el que en algún momento de nuestra vida, sea donde
trabajes, estudies, vivas… volverás. Nada
me tiene asustado, solo tengo recordar lo que una noche, estando ya ebrios los dos, me dijo Lalo Sainz, ‘Nada puede
contigo Jairillo’. No estoy preocupado, solo estoy nervioso chicos.
Esta es mi primera
entrada en este blog, en el que ojala siga publicando cosas, soy Jairo, me dicen Jairillo o El Postilla, y esta entrada la escribí
mientras escuchaba el álbum The Year of Hibernation de Youth Lagoon.
1 comentario:
Todo Lomas de Mazatlán, yo lo represento!
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